Sabotaje como guerra social

El sabotaje es sino una táctica de una variedad de herramientas empleadas dentro de la guerra social. Su uso aislado no puede sustituir la destrucción de todas las relaciones que definen nuestro sistema capitalista.
La destrucción de la infraestructura del estado y el funcionamiento del capitalismo pueden ser agobiante. Pero solamente puede agobiar tanto como pueda propagarse por medio de su facilidad de uso.
Una ruptura con el presente será tan inclusiva de sabotaje como lo será de crear relaciones más allá de los estrechos y petrificantes límites del orden social.
El sabotaje tomará muchas formas pero siempre será hecho con la intención de expandir globalmente nuestra revuelta. La solidaridad con las luchas de otrxs se convertirá entonces un poco más que un mero gesto caritativo. La agudización de nuestra lucha se volverá realidad mediante el proceso de experimentación en la estrategia y la iniciativa del ataque, moviéndose siempre hacia delante y afuera.
La revolución no será la certeza de un mundo futuro sino la certeza de nosotrxs mismxs atacando al mundo que se nos ha sido impuesto.
El sabotaje debe ir mas allá de los límites del mero desgaste económico. Las formaciones militaristas, junto con su estilo de estructura formal centralizada no son útiles para nosotrxs. No nos acercarán a la insurrección las organizaciones de la lucha armada y las vanguardias clandestinas, como han mostrado los ejemplos del pasado. Las guerras de guerrillas de desgaste serán solamente una lucha perdida contra los Estados, mucho mejor equipados numérica y tecnológicamente dentro de la lógica de guerra tradicional. Nuestra guerra debe ser social.
La guerra social pondrá las armas en las manos de la rebelión generalizada. El sabotaje será hecho en el punto de partida hacia ese lugar.
(Fuego a medianoche, destrucción al amanecer , Kasimire Bran)